“Se vivieron escenas horribles, a puros gritos; los obreros sacando fuerzas de donde no tienen para rescatar a sus compañeros de abajo de los escombros. Fue horrible y angustiante, pero fue un llamado de atención; hasta antes de que vendan la propiedad había gente habitando el lugar”, relató Diego Esper, un vecino y periodista que vive en la zona donde ocurrió el derrumbe de un reconocido y antiguo ex hotel en demolición ubicado en la esquina de Corrientes y Catamarca.
Alrededor de las 8.30 un fuerte estruendo seguido de gritos terminó de despertar a los vecinos que viven en las inmediaciones de la plaza Alberdi. Al asomarse a ver qué había ocurrido pudieron observar que detrás de una polvareda blanca estaban esparcidos los escombros. Rápidamente los habitantes de la cuadra se preocuparon debido a que en el inmueble había obreros trabajando desde hace tiempo en su demolición. De los 12 que se encontraban en ese momento, seis sufrieron heridas que no fueron de gravedad.
El temor reinaba en el lugar. Para varios vecinos fue una desgracia con suerte debido a que no hubo víctimas fatales. Liliana, quien vive a pocos metros, resaltó lo transitada que es la zona y lo rápido que circulan los autos por la calle Catamarca, aludiendo a que los escombros podrían haber aplastado algún vehículo. Jorge, su marido, coincidió con ella y agradeció que el episodio fue antes del mediodía ya que por la zona pasan muchos adolescentes y chicos acompañados por sus padres que regresan a sus casas al salir de los colegios que hay en las calles cercanas.
Derrumbe en Catamarca y Corrientes: un vecino contó la historia del edificio en los últimos 60 añosOtros vecinos dijeron que era algo que tarde o temprano ocurriría. “No me sorprende que pase esto; son construcciones antiquísimas de esta zona”, comentó Esper. Algunos opinaron que las medidas de seguridad no eran las adecuadas. Marcos, quien también trabaja como albañil, dijo que los cuatro parantes de madera que funcionaban como sostenes de la estructura no eran suficientes, incluso contó que le recomendó a su hermana que no estacionara su automóvil sobre la Corrientes y que tratara de no caminar por la vereda de la construcción.
Muchas de las personas se acordaron de un episodio similar ocurrido durante el año pasado en el edificio construido en la esquina del frente. “Cuando estaban refaccionando el edificio de enfrente donde ahora funciona una licorería, parte del balcón cedió y cayeron escombros en el auto de un turista”, indicó Esper.
Tampoco tardaron en rememorar que en abril del 2023 se desprendió mampostería de un balcón ubicado en el decimoquinto piso de un edificio de la avenida Salta al 600 -construido a la vuelta de donde ocurrió el nuevo siniestro- por una presunta filtración de agua entre las grietas.
Amina, empleada de un maxiquiosco que funciona a escasos metros del edificio, espera que cuando se inicien las obras en el Hotel Dallas, ubicado a la par del inmueble derrumbado, haya más precauciones para evitar nuevos problemas que comprometan la vida de los albañiles y de quienes circulan por la zona.
Histórico edificio
La construcción tiene alrededor de 80 años. Los vecinos que viven históricamente en la zona miraban con un deje de nostalgia la estructura derrumbada y recordaron la versatilidad que tenía el edificio al enumerar las diversas actividades que se desarrollaron allí a lo largo del tiempo.
Uno de ellos fue Tito Filippi, quien reside en la zona hace más de 60 años. En diálogo con LG Play compartió los distintos rubros que lo mantuvieron con vida durante décadas. “Este edificio tiene una historia larga y variada. Originalmente, era el Hotel Italia, un lugar que durante muchas décadas fue un referente de la zona”, comentó el hombre.
El hotel cerró sus puertas hace unos 50 años y luego le sucedieron una serie de negocios, incluyendo un boliche conocido como “Pablo H” y más tarde una tienda de muebles y colchones. El último inquilino del edificio fue otro boliche, “Zebra”, que cerró hace más de una década, dejando el lugar abandonado. “Hace entre 10 y 15 años que nadie ocupaba el edificio. Nunca nos imaginamos que algo así podría pasar”, añadió Tito.
Otros vecinos señalaron que el lugar también funcionó como una pensión y que hasta que se iniciara la obra de demolición personas en situación de calle lo usaban como refugio para pasar la noche. Lo cierto es que todos lamentaron que un edificio tan emblemático y en el que se crearon múltiples historias quedara sumergido bajo los escombros tras el trágico final.